Juana mejor conocida como “La
Peque” fue una de las sicarias más sangrientas, pasó de ser sexoservidora a una
integrante más en el mundo del narcotráfico.
A los 15 años, “La Peque”
quedó embarazada, y para mantener a su hijo, recurrió a la prostitución, sin
embargo, tiempo después fue reclutada por Los Zetas, tras el asesinato de
su hermana. Dentro de la organización criminal, primero se dedicó al halconeo y
después se convirtió en la sicaria encargada de las decapitaciones y
mutilaciones corporales.
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La mujer, que es considerada
como una de las más peligrosas de México y el mundo, participó en las más
brutales guerras del narcotráfico de los últimos años.
En 2016, cuando la joven
hidalguense de 28 años fue capturada, reveló sus terribles crímenes, que no
sólo eran decapitaciones y mutilaciones, sino también actos sanguinarios.
Con su cara de inocencia,
confesó a las autoridades que le gustaba tener relaciones sexuales con los
decapitados, mientras que las partes mutiladas las utilizaba para
autocomplacerse.
Juana contó que fue
rebelde desde niña, y cuando creció se volvió adicta a las drogas y al alcohol.
“La peque”, que a los 20 años
posó con un arma larga y cabellera roja, también dio a conocer que se bañaba
con la sangre de sus víctimas y la bebía cuando estaba caliente.
De acuerdo con un reportaje de
la BBC, en México los grupos criminales reclutan a menores de edad, debido
a un vacío legal, pues antes de los 14 años, los niños no son responsables de
sus delitos ante la ley.
Por eso, entre los 14 y 18
años quienes cometen crímenes son sentenciados por un mínimo de tiempo y,
cuando salen de prisión, pueden reintegrarse a los cárteles.
Con información de El Debate e
Infobae.
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