Por Sara Gil
La lengua se encuentra en continuo cambio, un ejemplo de ello es el uso
y desuso de palabras.
En el español de México se han comenzado a adoptar términos que son
necesarios para entender el entorno social del país.
La ola de violencia que atraviesa México debido a la presencia de grupos
criminales, que se dedican al narcotráfico, ha dejado un sinfín de términos que
son exclusivos de este entorno.
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Al leer una nota periodística, podemos encontrar palabras como
capulines, encobijados, levantados, etc.
Estas palabras toman un significado diferente al emplearse para
referirse a algo relacionado con el narcotráfico.
Atinadamente, los medios de comunicación utilizan este lenguaje en un
tipo de jerga que ayuda a la economía del lenguaje.
Por ejemplo:
1.- “Encontraron un encobijado con narcomensaje”
2.- “Encontraron a un hombre asesinado, envuelto en una cobija y bolsas
junto a un mensaje hecho por un grupo delictivo para amenazar a rivales”
Como se puede observar en los dos enunciados, el significado es el
mismo, sin embargo, el primero sintetiza al segundo. Esto se hace con la
finalidad de que el texto sea breve pero conciso para que el lector no pierda
el interés o el hilo de lo que se está hablando.
Uno de los mecanismos para la creación de palabras referentes al
narcotráfico es a partir de la derivación, utilizando el prefijo narco, como
“narcomanta”, “narcomensaje”, “narcopayaso”, “narcoguarida”, entre otros.
El sufijo narco es referente a la práctica antes mencionada y dota de
significado a la raíz, haciendo que la palabra tome otro sentido.
Desde una mirada lingüística, sería interesante abordar temas como la
formación de las palabras, como se ha hecho superficialmente en esta columna, y
corroborar si se trata de una formación a partir de la derivación o se trata de
una composición.
Asimismo, sería interesante hacer un diccionario de las palabras más
complejas como encobijado, chapulín, hielero, embolsado, etc.
Hay que recordar que la lengua es un reflejo de la sociedad y es triste
que sea necesario entender este tipo de jerga para poder comprender los sucesos
que trascienden en nuestro país, ni hablar, solo nos queda decir
(deconstruyendo una frase de Porfirio Díaz) “Pobre de México, tan lejos de Dios
y tan cerca del narcotráfico”.
Vía: CB TELEVISIÓN
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